
Como ya comente la última vez, el fracaso de poder hacer la ruta de Miraflores a Rascafría, iba a traer consigo el volver a intentarlo
lo antes posible. No deberemos de olvidar que es una ruta de alta montaña y por consiguiente en cualquier momento las inclemencias meteorológicas puede mandar al traste el poder hacer esta ruta con ciertas garantías de éxito.
En esta ocasión José y Miguel ángel de los chiquilicuatres, fueron los ¡valientes! encargados de acompañarme a través de uno de los parajes más bonitos de la comunidad de Madrid y a la vez
más duros. No deberemos de olvidar que uno de los objetivos que
teníamos era la subida a la majada del cojo.
Sobre las 9 de la mañana ya estábamos pedaleando y tras superar el primer escollo de la mañana, coronamos el puerto de Morcuera sin grandes problemas. De ahí y tras un vertiginoso descenso por el camino de la cascada del purgatorio, alcanzamos la cara norte de la sierra de Guadarrama y nos presentamos casi sin darnos cuenta en el valle del Lozoya. A través del albergue de los Batanes, llegamos sin tocar asfalto por un camino en buen estado finalmente a Rascafría, Tras reponer fuerzas en el bar de la plaza, nos dirigimos ya sin más pausas hasta Alameda del Valle en donde finalmente nos va a esperar el exigente camino de la majada del cojo. Aquí como suele ser algo habitual, cada uno lo sube a su propio ritmo y no sin grandes contratiempos durante la subida en forma de agotamiento físico, llegamos finalmente los tres hasta el cruce de caminos que une por su cara norte Morcuera y Canencia. Optamos por dirigirnos hacia este último y tras reponer nuestros bidones en una de las fuentes que encontramos en el camino, llegamos hasta la carretera por la que bajamos y todos con ganas de llegar y tomar unas cañas en alguno de los bares que en Miraflores podemos encontrar. Sin duda que nos lo hemos ganado y ahora nos queda el buen sabor de boca de haber disfrutado de un tranquilo día de mtb sintiéndonos unos privilegiados por poder todavía gozar de unos parajes de inigualable belleza y todo a pocos kilómetros de la capital.

Lo bueno de esta subida y al margen del sufrimiento, es el premio de las vist


e hay entre cotos y valdeski. En total unos 18 kilómetros por vuelta. Practicar deporte a esta altitud favorece la oxigenación de la sangre y por tanto un mayor rendimiento deportivo. No es por ello extraño que incluso deportistas de élite en disciplinas tan variadas como atletismo, ciclismo, escalada etc, empleen como zona de entrenamiento este bello rincón a caballo entre las comunidades de Castilla león y la de Madrid. Aquí dedico en muchas ocasiones algunas horas en hacer series de 60 a 100 kilómetros con el fin de preparar algunas de las diferentes marchas en las que participo a lo largo del año. En esta ocasión la que he preparado es la de Peña negra y Tremedal que tiene su celebración como cada año en el Barco de Avila y que se celebra mañana día 11 de julio. Veremos si hay suerte y se mejora el tiempo del año pasado. Al menos me conformaré con que no me sienten mal los spaggettis como me sucedió el año pasado. Sin duda que para mañana las famosas judías del barco tendrán protagonismo en mi comida. De eso no me cabe la menor duda.