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lunes, 9 de abril de 2012

POR LOS BOSQUES DE MADRID Y GUADALAJARA

    Es la más olvidada, pero a su vez también es una de las zonas más bonitas y más tranquilas de la comunidad de Madrid. Nos estamos refiriendo a la comarca que se conoce familiarmente como la sierra pobre o sierra norte. A caballo entre las provincias de Madrid y Guadalajara, la frondosidad de sus bosques, la transparencia de sus ríos y el encanto de sus gentes, hace que para aquellos que como un servidor que le gusta la naturaleza y los deportes al aire libre, me sienta como el hombre mas afortunado del mundo. 

   Planificando la más que probable salida del próximo fin de semana (si el tiempo nos lo permite), he optado este pasado sábado y a riesgo de empaparme, recorrer e ir tanteando el terreno para la que espero sea otra ruta más de los chiquilicuatres. La idea era de dejar el vehículo en Patones de abajo y recorrer los primeros kilómetros por carretera y abandonar esta hasta el camino que me conduciría en rápido descenso hasta la presa de la parra. Una vez aquí ya en continua subida por el arroyo del robledillo llegar hasta el pueblo del atazar ubicado en un alto muy próximo al embalse del mismo nombre y de ahí pedaleando paralelo al arroyo de la pasada por el camino que nos conduce hasta la Puebla de la sierra y llegar hasta el collado de la pinilla como uno de los puntos más altos de todo el recorrido. Bajar por la vertiente alcarreña con las vistas puestas en esta ocasión hasta el pueblo de Alpedrete de la sierra y de ahí por la pista del canal de Isabel II llegar hasta las inmediaciones del Pontón de la oliva y de nuevo por carretera tras unos 4 kilómetros acabar como ruta circular de nuevo en Patones de abajo. Yo la he realizado en parte ya que el sábado del puente de semana santa el tiempo por esta zona no estaba como aventurarse por sitios poco transitados y desconocidos. Pero bueno estoy totalmente convencido que cuando la hagamos de forma oficial no va a ver ningún problema para que todo salga como esta marcado. O eso espero...

lunes, 2 de abril de 2012

DE LA JAROSA A CUEVA VALIENTE


   Por fin tenía ya montado mi nuevo cuadro por lo que era casi una obligación el probarlo en una marcha  que realmente mereciera la pena. Tras quedar con Miguel ángel, Luis, Ignacio y un servidor para el domingo 1 de abril, nos decantamos finalmente por recorrer las sierras que coronan las provincias de Ávila y Segovia. Quedamos a las 9 de la mañana en el aparcamiento de la jarosa con la incertidumbre sobre que tiempo es el que nos iba a hacer. Finalmente el tiempo nos iba a acompañar y la ruta no estaría pasada por agua. El objetivo en esta ocasión era subir hasta la cima de cueva valiente. Iniciamos la marcha en el sentido de las agujas del reloj y desde los primeros kilómetros las pendientes para coronar los 1.903 mts de altitud de cueva valiente empezaba a coger forma. Tras algunos kilómetros recorridos empezamos a ganar altura hasta llegar a la carretera que proveniente del puerto de los leones enlaza con la localidad abulense de peguerinos. Tras consultar un guardia civil del seprona sobre el mejor itinerario para llegar a nuestro destino, nos decantamos finalmente por hacer caso al agente y no optar por el que nos indicaba el gps de Miguel ángel. 
   Recuerdo la primera vez que visité esta zona y la cantidad de hielo que el dicha carretera había. Tal era así que finalmente tuvimos que volver por nuestros pasos y no poder finalizar como era debido la ruta. En esta ocasión no fue así  y tras llegar hasta las puertas del camping Valle de Enmedio, iniciamos una nueva subida dejando a nuestra derecha un pequeño y bonito embalse en dónde paramos a reponer fuerzas para lo que nos queda aún  por recorrer. Después de algunos pequeños despistes por fin acertamos con el camino que nos conduce a la cima y es precisamente en este tramo de unos 3 kilómetros  en dónde debido al mal estado del terreno la subida se forma en un reto para poner el menor número de veces los pies en el suelo. Por fin llegamos y me sorprende gratamente las bellas vistas que desde aquí se pueden ver. Yo inicio una serie de fotografías para inmortalizar el momento y tras unos minutos disfrutando de la paz que se respira, optamos por hacer el descenso por una senda que era la que el gps de Miguel indicaba para subir.
   Tras unas cuantas trialeras, llegamos nuevamente a la carretera del alto de los leones y tras una bajada tortuosa por culpa del mal estado de la carretera (no entiendo como tiene consideración de carretera), llegamos a las orillas de La jarosa con el buen sabor de haber realizado una ruta de enorme desgaste físico y haber llegado sano y salvo. No tuvimos ningún contratiempo y no hubo tampoco caídas de consideración. Por tanto todo perfecto. Ahora toca ir investigando sobre la siguiente. Seguro que va a ser tan emocionante y bonita como esta, seguro.