POR LAS CUENCAS DEL TAJO Y DEL TAJUÑA

 España es tierra de contrastes y los cauces de los ríos se unen a esta morfología tan variopinta que tiene la madre naturaleza. La ruta que en esta ocasión la realizamos Miguel ángel y yo, y recorre las fértiles vegas de los ríos Tajo y Tajuña.  Pueblos, algunos sustentados por una floreciente afluencia de turismo como Morata, Perales de Tajuña o Fuentedueña y Colmenar de Oreja en la vertiente del Tajo más familiarizado el sustento de sus habitantes con el cultivo de regadío que con la llegada del visitante de la capital.

    Con salida y llegada en San Martín de la vega, nos dirigimos dirección Ciempozuelos para tomar  en la segunda rotonda dirección Titulcia. Tras unos pocos kilómetros, una nueva rotonda nos hace incorporarnos a la tierra del melón por antonomasia en la comunidad de Madrid,Villaconejos. Hemos iniciado desde hace unos minutos la primera subida de la mañana que nos va a dirigir hasta el kilómetro 32 y fin del primer repecho, nos encontramos en Colmenar de oreja. Aquí nos surge alguna duda y por error tomamos dirección a Villarejo cuando nuestra intención es hacerlo a Belmonte de Tajo. La llegada  a esta localidad se hace por una trnquila carretera con un asfaltado no muy bueno pero que la tendencia hacia abajo hace que la rugosidad del mismo no sea un gran impedimento.  

    Nos encontramos en las inmediaciones de la cuenca del río Tajo. Por algunos puntos de la carretera que nos conduce hacia Fuentedueña podemos ver los meandros que el río forma encajonado por numerosas espadañas en sus orillas. Tras unos pocos kilómetros con un trazado bastante llano pero picando hacia arriba, paro a inmortalizar parte del recorrido de este río por esta zona de la comunidad a caballo entre esta y la de Castilla la  Mancha. Paramos en este coqueto pueblo ribereño y optamos por hacer "repostaje". Son ya más de 60 los kilómetro que llevamo realizados y las piernas piden algo de descanso. Después de unos instantes comenzamos con la segunda subida de la mañana y es que la carretera que nos tiene que llevar hacia Valdarecete se encuentra por la parte de atrás del pueblo justo al lado del castillo, o bueno lo que queda de él. Si bien la pendiente no es excesivamente fuerte a lo largo del todo el recorrido, lo cierto es que el viento no dá en este punto de cara. Y todos ya sabemos que este fenómeno metereológico es el enemigo número 1 del ciclismo. Paramos  en Valdarecete y tras llenar nuestro bidones de agua fresca, iniciamos ya una bajada que nos va a acompañar a lo largo de varios kilómetros camino de las vegas del Tajuña recorriendo pueblos como Carabaña,  Tielmes, Perales de Tajuña  o Morata. Miguel ángel empieza a pagar en sus carnes el esfuerzo de la ruta y tras coronar el último "repecho" de la ruta en le kilómetro 100 aproximadamente hacemos los 13 restantes de bajada pensando ya en el merecido descanso y en la tranquila y agradable jornada de ciclismo que hemos pasado a caballo entre los valles del Tajo y del Tajuña. Bonito bonito bonito.

 La ruta detallada

LA PRESA DE LA PARRA

Tras varios días de tener la mtb también "en remojo", tenía mucha ilusión por hacer una ruta que si bien era de las primeras que había realizado hace ya unos años cuando adquirí mi bici, no la pude terminar completa porque me inesperencia provocó terminar desorientado en un valle perdido, eso sí sin dinosaurios. Después de terminar la ruta del sábado y cuando me dispongo a realizar las revisiones oportunas para comprobar que todo estaba iben y..."zas". el cuadro con una gran raja por la parte de la tija.  Gracias a la holgura que percibía en mi sillín pe pude percatar de la gran averia que a escasas horas de hacer la ruta de Torrelaguna a Alpedrete de la sierra tenia mi bici. Casi ya sin tiempo para mejoras, compro una soldadura en frio de dos tubos que rellenos de una pegajosa masa había que mezclar. Parche provisional y tras dejarlo secar unas horas amanece la mañana del domingo.

   Con Miguel ángel y con Luis había quedado en la puerta de mi domicilio a las 8 am. Salimos con dirección Torrelaguna por la N-1 y durante el trayecto solo mi mente estaba en como iba a responder el puñetero cuadro. Llegamos a este pueblo cuna de Maria de la cabeza esposa de San Isidro labrador, y tras desayunar como Dios manda nos disponemos a tomar las pistas del canal. Como no podría ser de otra manera despiste tras despiste hasta dar con la pista adecuada nos hace perder un tiempo precioso y realizar sin quererlo algunos kilómetros de más sobre todo de subida la mayoría de ellos. La parada en Patones de arriba es casi una obligación para todo biker, y en este punto acordamos realizar el primer abituallamiento de la mañana y hacer aprovechando la misma unas bonitas fotografías de esta localidad serrana. Tras algunas subidas y unos kilómetros más, por fin conseguimos finalmente acceder a la carretera del Atazar, y tras cruzarla iniciar un rápido descenso hacia la presa de la parra. El cuadro sigue respondiendo, ¡¡¡bieeeeen!!!. El recorrido por este punto es magnífico. El río a nuestra derecha, cortados de piedra a nuestra izquierda y un camino cómodo y tranquilo. Tan solo roto por el paso de varios bikers que en dirección opuesta hacen el mismo recorrido que nosotros. A lo lejos y tras una leve pendiente logramos acceder hasta la presa de la parra. Quedamos maravillados por la tranquilidad que se respira en esta zona. Se puede casi oír el silencio y nuevamente la obligada sesión de fotos un nuevo habituallamiento y ya sin prisas pero sin pausas empezar a recorrer la otra parte de la ruta, en esta ocasión por la márgen izquierda del río Lozoya. Atravesamos la presa y pasamos por un estrecho acceso entre piedras de pizarras cuando noto que mi rueda delantera ha perdido casi todo el aire que tenía.."pinchazoooooo". Otra buena escusa para seguir comentando la jornada y para descansar un poco más antes de encarar  una nueva subida de varios kilómetros por un bosque de pinos a los pies del arroyo Robledillo que hizo la delicia de aquellos que como nosotros tuvimos la oportunidad de poder saborear. 

 

 

   Aquí acaba este en un cruce de caminos.  Un nuevo camino que de norte a sur atraviesa una buena parte de esta sierra. A la izquierda rumbo al pueblo del Atazar, y a la derecha  rumbo a  Alpedrete de la sierra nuestro siguiente destino. Una buena bajada y otra buena subida en dónde lo hago casi de pies sobre la bici. No olvidemos que mi cuadro estaba roto y en dónde ya empiezo a notar como la grieta se empieza a ver nuevamente un poco..¡¡¡leches!!!. Llego a Alpedrete y a la espera de que vengan también mis dos compis, hago una nueva sesión de fotos. Llega primero Luis y viene también con la rueda trasera pinchada..¡¡¡manda cojones!!!. Llega Miguel ángel un poco ya notando en su cuerpo los rigores de las subidas y tras proveernos de agua gracias a la amabilidad de una vecina que nos llena los bidones del grifo de su casa, continuamos ya sin ¿más contratiempos?. Nada más lejos de la realidad ya que al tomar la primera curva de la carretera que nos va a llevar al pontón, noto que la bici no va bien...¡¡¡joder otra vez he pinchado!!!. Ahora en la de atrás, aunque este tiene que ser tan pequeño que tras inflar la rueda un poco más, conseguimos llegar al pontón de la oliva sin ya grandes contratiempos dignos de mención. La hora y el estado de mi bici como es lógico, pendiente sobre todo del cuadro y el pinchazo, provoca que optamos ahora sí ya por no perder más tiempo y tomar rumbo en esta ocasión por carretera dirección a Torrelaguna con un viento de cara que nos hizo forzar más de la cuenta las máquinas. Ya en el pueblo nos esperarían unas refrescantes cervecitas que nos teníamos totalmente merecidas. No todo va a ser dar pedales, subir cuestas y arreglar pinchazos digo yo..¿no?.

¡¡¡OBJETIVO LOGRADO!!!

Llevaba mucho tiempo tratando de recorrer los más o menos 52 kilómetros que existen desde la localidad madrileña con menor altitud (aldea del fresno 476 msnm), y la 2ª con mayor altitud (Santa mª de la Alameda 1.420 msnm). Después de tener mi bici del "hospital" durante casi 15 días, las ganas por hacer algunas subidas con la garantía de no encontrar nieve. Almenara, Cruz verde y La paradilla eran los escollos a "atacar" amén de  la exigente subida existente para acceder al pueblo de Santa maría. Tras salir de la aldea, se toma la carretera que en pronunciada subida nos lleva a Chapineria. De aquí a Colmenar del arroyo y después de la primera subida llegar hasta Robledo de chavela. De esta localidad serrana se inicia la segunda subida al puerto de la cruz verde y casi sin descanso coronar el de la Paradilla. Tomamos una pequeña bajada hasta entrar al pueblo de Robledondo y en continuo y pronunciado descenso, un descenso que luego deberemos si o sí volver a subir. Cruzamos el río cofio y nueva subida hasta acceder hasta las calles de Santa María. El regreso lo realizamos por El escorial, Valdemorillo y por la C-600 llegar a Navalcarnero en dónde plácidamente volveremos a bajar hasta las inmediaciones del río Alberche ya en la Aldea. Más de 1.700 mts de desnivel acumulado en más de 125 kilómetros y un recorrido muy bonito y sacrificado por los parajes de la sierra suroeste de Madrid.

Ruta

POR LAS VIAS VERDES DEL SUROESTE MADRILEÑO

Llevábamos con mucho frío desde hacía varias semanas y la mañana del sábado no podía ser una excepción. El frío siberiano o polar no fue un contratiempo para que tanto Luis como Miguel ángel, Ignacio y un servidor decidieramos recorrer los más o menos 50 kilómetros de ruta que partiendo desde Aldea del freno nos llevara a través de cerro rojo hasta la madrileña localidad de Villa del prado. Iniciamos la marcha por el camino del río  Alberche hasta el puente de la pradera, en dónde ya por carretera nos llevaría hasta el embalse de Picadas pasando por la urbanización carretera quebrada. Luis después de una semana de problemas bucales no iba en su mejor forma por lo que ya desde el kilómetro 7 iba sufriendo mucho más de la cuenta. El resto nos ibamos dosificando a la espera de los dos tramos de máxima dureza que nos iba a llevar por encima de los más de 800 mts de altitud. El primer escollo estaba en la carretera de la depuradora en dónde los musculos de las piernas iban a trabajar al cien por cien. Justo al inicio del camino que nos iba a llevar hasta la charca, hacemos el primer habituallamiento para poseteriomente iniciar la segunda subida de interés de la jornada esta vez por tierra y que nos iba a llevar hasta las proximidades de cerro rojo. A partir de aquí el camino se hace algo más peligroso por culpa de las piedras y el mal estado del mismo. El viento en este punto se torna mucho más fuerte, algo que pudimos comprobar en las caras de aquellos que subían por el mismo sitio que nosotros iniciabamos el descenso. Ya con las piernas algo más descansadas nuevo repostaje, en esta ocasión en un bar de Villa del prado. En el exterior de este, la temperatura seguía siendo baja, algo más de 1 grado positivo. Ya solo nos quedaba recorrer los más o menos 17 kilómetros que a través de la ermita de la virgen de la poveda nos iba a llevar de nuevo a Aldea del fresno.