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miércoles, 23 de marzo de 2011

BILBAO BILBAO 2011




Surgió de improviso y casi de inmediato me dije "ahí tengo que ir yo". Acababa de leer en el foro la marcha cicloturista Bilbao Bilbao. Va ya creo que por la edición XXVI y cada año tratan de superarse. En esta ocasión el total de inscritos ha superado los 10.000. Si, si habéis leído bien cinco dígitos la cifra de inscritos y con una organización que al menos para mi excelente.Salí de Madrid el viernes 18 y tras más de 400 kilómetros llegaba por fin a la ciudad vizcaína. Mis incertidumbres iban principalmente encaminadas a
dos cosas. En primer lugar a la cantidad de gente que me iba a poder encontrar en el punto de inscripción y en segundo lugar y tal vez más importante que tiempo iba hacer el domingo de la marcha. El sábado me levanto pronto y me dirijo tras desayunar al centro comercial Zubiarte lugar dónde debía de hacer el pago. La verdad que me sorprendió bastante ver que en pocos minutos ya me había inscrito sin ningún tipo de problemas. Ahora había que esperar al día siguiente para saber lo segundo, pero viendo el cielo bilbaíno, lo cierto es que pintaba bien. Por las calles de Bilbao, ya se podía ver desde un día antes que iba a ver bastante
ambiente ya que se podía ver participantes a la marcha por todas partes.
Por fin llega el domingo y lo primero que hago es mirar al cielo, no deberemos de olvidar que estamos en el norte de España y...
Salir 10.000 cicloturistas no es fácil, por eso la organización optó por que se saliese cada 15 minutos desde las 8 y hasta las 9 horas. Yo me decanté por salir a las 8:15 y así hice. El itinerario era el siguiente: Bilbao, Erandio, Getxo, Plentzia, Unbe, Sondika, Parque tecnológico, Gatika, Maruri, Mungía, Olabarri, Aretxabalagane, Galdakao, Bilbao. Había que subir 4 puertos o mejor dicho 4 repechos
(Unbe de 232 mts, Lauro de 184 mts, Gerekiz de 181 mts y finalmente Aretxabalagane el más largo y con 330 mts de altitud).
Al final algo más de 4 hora y media en recorrer los 122 kilómetros que me salieron y una experiencia inolvidable. Y es que no deberemos de olvidar que el cicloturismo nació en Bilbao en el siglo pasado y poder recorrer con la flaca las calles de Bilbao es algo que recomiendo a todo amante a este deporte.

domingo, 6 de marzo de 2011

¡¡COMO HEMOS CAMBIADO!!!



Entre las fotografías de arriba y la de abajo, no solo hay una diferencia enorme entre las dos bicis. La de arriba de hierro, con frenos de palanca, faro de gran alcance que se abastecía con una dinamo. La de abajo de aluminio con frenos de disco y cuando es necesario con luz de leds y abastecida por una batería recargable. El cambio tal vez más destacable sea que entre las dos fotos de arriba y la de abajo han pasado 40 años. Están tomadas en el mismo punto de mi querido Alberche. Ahora incluso los años no han pasado de balde ni siquiera por él, pero lo que no ha habido el más mínimo cambio ha sido en mi afición por el deporte de la bici. Antes la utilizaba como parte de un juego, pero lo que no podía imaginar a principios de los 70 es que después de 40 años todavía seguiría montando sobre dos ruedas y haciendo kilómetros y kilómetros por los distintos caminos y carreteras de este mundo de dios.

LAS SIERRAS BAJAS DEL SUROESTE MADRILEÑO


Después de lo revuelto que habíamos tenido esta semana, el domingo prometía algo mejor. A pesar de ello optamos por recorrer carreteras con poco desnivel y tras mucho vacilar se pensó que lo mejor era dirigir nuestras rodadas por la zona suroeste de Madrid. El recorrido tenía como inicio la Aldea del fresno para continuar por Villa del prado, alto del encinar, N-403 San Martín y tomar la C-501 dirección Plasencia. Allí subiríamos hacia Cadalso de los vidrios, Cenicientos, Paredes de escalona, Escalona, Almorox y nuevamente subida al encinar y
tomar por el camino de ida hacia Aldea nuevamente. En total unos 100 kilómetros que a diferencia de lo ocurrido la semana anterior casi supo a poco. Esta es una ruta muy válida para preparar objetivos mayores o cuando como fue este caso, las cumbres madrileñas están cubiertas de un manto blanco.
Mi compañero Miguel Ángel fue de menos a más y al final después de pasarlo un poco mal en la subida al encinar del Alberche, la llegada hacia Aldea del fresno desde Villa del prado lo
llevó mucho mejor y pudo acabar menos perjudicado que lo hiciera la semana pasada en la sierra pobre madrileña.