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domingo, 22 de agosto de 2010

XVII PERICO DELGADO



Es sin duda una de las marchas cicloturistas más duras de todo el calendario. Más incluso que las cimas de Gredos, ya que si bien el kilometraje es muy parecido y el número de puertos que se suben son también 4, lo cierto es que estos son mucho más duros que su homónima abulense. En esta ocasión, y según dicen los que participaron el año pasado, el calor ha sido mucho más fuerte. Si esto no fuera poco, los últimos 30 kilómetros el viento se ha tenido prácticamente todo el tiempo de cara.
Esta es mi crónica:
Madrugón a las 4 de la mañana y con las ilusiones por las nubes, y tras un desayuno liviano compuesto por un vaso de leche desnatada y y una chapata con tomate y aceite, tomo dirección a Segovia. Llego a las 6,30 y como ya el día anterior me proveí de la bolsa de regalo y el maillot, me dispongo a desayunar un café con un bollo y empiezo a equiparme. Tomo dirección al viaducto de Segovia, lugar de salida y espero al inicio de la marcha. Tras el protocolo pertinente empezamos todos a dar pedales y curiosamente de estar entre los 50 primeros a los pocos kilómetros me encuentro casi seguro en un puesto cercano al 600. La salida es neutralizada hasta la Granja y a partir de ahí subida hacia Navacerrada.
Lo hago a un buen ritmo pero sin desgastarme en exceso. Casi sin darme cuenta estoy coronando
el primer escollo y tras tomar rumbo a cotos, empieza la parte cómoda la bajada hacia Rascafría. Sin duda es una ventaja el conocer la zona, ya que el descenso lo hago de forma rápida pero sin arriesgar innecesariamente. Morcuera obliga de nuevo a mi desarrollo a trabajar al alza. Me uno a varias grupetas y corono sin dificultad el segundo `puerto del día. En la bajada a morcuera, observo como una ambulancia está asistiendo a un ciclista que se ha caído en una curva a la izquierda que es bastante peligrosa ya que viene precedida de un tramo bastante rápido. Casi sin darse uno cuenta, nueva subida ahora hacia Canencia y se hace por su parte más dura, un primer kilómetro con una rampa de inicio bastante empinada en torno al 14%.
Al ser el más corto de todos, la dificultad es mínima, e inicio el descenso hacia la carretera de Lozoya, hecho que realizo pasado algunos kilómetros y algunos minutos después.
Por el valle del Lozoya voy de nuevo a rueda de un grupo que me facilita afrontar algunos repechos más fácilmente hasta llegar a los pies del último puerto del día, Navafría. Bajada super rápida y giro a la izquierda dirección a la Granja de San Ildefonso con un viento de cara que hace ya de por sí mucho más difícil afrontar los duros repechos que hay hasta esta localidad segoviana. A partir de ahí ya con la carretera a favor y tras varias isletas, entrada a meta y un más que merecido tente en pie compuesto principalmente de hidratos de carbono que vienen muy bien.
En definitiva y al final muy agotado pero prometo que el año que viene repito. Y es que a masoca no me gana nadie.

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