Ya ha pasado un largo año desde que participé en mi primera ciclomarcha Perico Delgado.
Mucho miedo me daba esta marcha ya que a diferencia de la edición anterior en esta, las piernas me estaban diciendo a estas alturas de la temporada basta ya. Muchos kilómetros, muchos puertos desde que en marzo iniciara mi singladura en la Bilbao-Bilbao, pero aún así he logrado acabarla en un tiempo de 6 horas y 23 minutos.
En total hemos tomado la salida 2.109 cicloturistas que a lo largo de 155 kilómetros hemos tenido que subir los puertos de Navafría, Canencia, Morcuera y finalmente Cotos. Alguna que otra caída a lo largo del recorrido así como alguna que otra "petada" se han producido, pero en general el nivel de la gran mayoría de los que nos hemos dado cita en la XVIII edición de esta ciclomarcha ha estado a la altura de las circunstancias. Y es que todos sabíamos perfectamente a lo que veníamos y lo que nos íbamos a encontrar.
Por lo que a mi respecta, esta vez me lo he tomado algo más tranquilo por lo expuesto anteriormente y ello me ha permitido coronar los tres primeros puertos con relativa como
didad. Solo una vez pasado Rascafría mis piernas han empezado a notar un cierto cansancio aunque una correcta dosificación del esfuerzo, una óptima hidratación y comer lo justo y necesario, me ha permitido tomarme los más o menos 30 kilómetros finales que hay desde cotos a Segovia a tope de fuerzas adelantando a muchos de los que unos minutos antes, estaban haciendo lo mismo conmigo en el puerto de cotos. Y es que eso conlleva el conocer el terreno y saber dosificarse. Bajada rápida (en algunos puntos por encima de los 70 por hora) por Navacerrada y hasta La Granja con el viento de costado. No así ya llegando a Segovia, en donde el aire soplaba fuerte y de cara. Al final llegada triunfal a la ciudad del viaducto y una marcha más que logro acabar.
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