Hablar de vías verdes es en algunos casos sinónimo de tranquilidad y sosiego. Claro que no siempre tiene por qué ser así, ya que para eso está un servidor, para transformarlas en ocasiones en ejercicio, vitalidad y a ser posible un derroche de resistencia haciendo muchos kilómetros.
Algo así ha sucedido este pasado lunes festividad de Santiago apóstol. En compañía de Miguel ángel y Luis, hemos recorrido el trazado férreo que hay desde Arganda del rey hasta Extremera. En total entre ida y vuelta 105 kilómetros que para alguno ha supuesto tener que pagarse unas cervecitas por entrar fuera de control. Para ello hemos pedaleado en tres vías diferentes: La de Arganda, la de Morata hasta Carabaña y finalmente la vía de los 40 días. Llamada así porque ese es el tiempo que dicen se empleo en terminarla. Si fuera hoy en día se habría llamado la de la historia interminable. Una mañana con un clima muy propicio para pedalear y atravesando verdaderos vergeles en lo que a cultivos se refiere. Podríamos decir que hemos realizado la ruta de los frutos secos. Mucho maíz y muchos girasoles que daban la nota de
color a una zona de la comunidad tranquila y que a pesar
de ser suelo urbanizado, aún todavía se puede uno recrear con zonas de un peculiar encanto paisajistico en dónde si tenemos suerte podremos deleitarnos con el atractivo deambular de doña perdiz con su prole de paseo por el Este de nuestra comunidad.
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