Al final todo llega y en esta ocasión el turno era para el submarinismo. Ya apetecía meterme bajo las aguas y he optado por hacerlo en aquellas que bañan el encantador cabo de gata. Como es ya habitual, el lugar elegido ha sido isub. El sábado a las 8 y media me encontraba ya en la puerta del centro con unas ganas
locas de poder meterme en el vapor, primera inmersión del fin de semana. Los que entienden dicen que este pecio se hundió en 1.925 a una milla del faro del cabo de gata. Con unos bajos de la zona este vapor de bandera checa y que transportaba una carga de mineral de hierro, reposa en la actualidad en un fondo de arena a 40 mts de profundidad y situado en posición de marcha. Es la reina de las inmersiones en la zona y sin duda una experiencia maravillosa poder visitar sus bodegas y gracias a ello trasladarte en el tiempo e imaginarse lo que tuvieron que sentir lo más de 30 marineros que trabajaban en el barco cuando tuvieron que tirarse a las frías aguas y tener que nadar más de 1 kilómetro en una zona de fuertes corrientes hasta tomar la orilla.
El domingo el punto de inmersión fue los amarillos, también conocido como los burros por el número de peces ballesta que suelen frecuentar los bajos rocosos que frente a la playa de los genoveses se encuentran a unos 18 mts de profundidad.
Un fin de semana muy diferente a como lo suelo pasar sobre una bicicleta, pero no por ello carente de encanto. Y es que el submarinismo es un deporte que a pesar de la fama de peligroso que tiene, es una actividad que me tiene enganchado desde hace ya más de 10 años.
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