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martes, 25 de mayo de 2010

LAS CIMAS DE GREDOS




Es un hecho ya consumado que los cicloturistas cada vez buscamos participar en marchas más duras y que cuanto más kilómetros tengamos que recorrer, mejor que mejor. Tal vez sea por ello una de las causas por las que las cimas de Gredos es una de las preferidas por muchos aficionados al deporte del cicloturismo entre los que me incluyo yo. Y es que esta marcha auna dureza y sobre todo un recorrido precioso por uno de los más bellos rincones de toda la provincia de Avila. Cuando participo en alguna, suelo competir solo conmigo mismo y...bueno también contra el cronómetro. Mi objetivo con respecto al año pasado era mejorar los tiempos, pero por desgracia este año mi mecanismo ha funcionado peor y he hecho tiempos peores en todos los aspectos. duración, velocidad media, clasificación etc, etc.
La mañana pintaba bien, ya que a diferencia de hace 15 días con los puertos míticos, en esta ocasión el tiempo nos daba un respiro. Buena climatología, quizás algo de calor, pero garantías totales de que al menos la lluvia no iba hacer acto de presencia. Salida a la hora en punto y ya en los primeros kilómetros la caída de un grupo de participantes ralentiza algo el tramo neutralizado. tras un recorrido a lo largo de varios kilómetros en ascendente, se toma por fin el rumbo al primer escollo de la mañana que solvento con fuerzas y que realizo en compañía, ya que tenía muy claro que subir es muy claro que subiendo es más fácil en grupo que en solitario. Descenso rápido y en el kilómetro 60 el primer avituallamiento de la mañana. Repongo algo de fuerzas y me hidrato y casi sin tiempo de pensar en otra cosa va siendo tiempo de ir preparándose para el segundo puerto del día y también el más largo. Pedro Bernardo tiene unos 18 kilómetros de continua subida y que pone a prueba la resistencia de todos aquellos "locos" que optamos por estos tipos de eventos. Al problema añadido de la distancia de Pedro Bernardo hay que sumarle a que tras 3 kilómetros de bajada, se vuelve a subir el tercero, Serranillos. Es aquí en dónde por culpa de forzarme tal vez más de la cuenta en el anterior, en Serranillos tal vez sufrí más de lo que debía de haberlo hecho. Si todo esto lo unimos al fuerte calor que había que abastecerse de agua en los numerosos torrentes que provenientes de las altas cimas llegaban hasta la propia carretera. Coronando Serranillos, se encontraba el segundo avituallamiento y en dónde igualmente de abastecí en esta ocasión de agua, orejones y algún que otro bollo. La bajada la realizo rápidamente y ya mirando de reojo el cronómetro porque veo que el tiempo va rodando en mi contra. Ya desde hace varios kilómetros el cansancio está empezando hacer mella en mis piernas, tal vez por ello el pedaleo ya se hace algo lento y no abuso tanto del 50 dientes. Por fin corono el último puerto, Mijares y al igual que en el anterior, trato de buscar una rueda cómoda que no encuentro y opto finalmente por rodar en solitario y coronarlo con la sola idea de poder llegar a tiempo a meta. La bajada a diferencia del año anterior la realizo a gran velocidad, de hecho tardo mucho menos que en la vez anterior, pero aún así y a pesar de recorrer los más de 20 kilómetros de bajada a una media bastante aceptable, finalmente y tras salir a la carretera de los pantanos que aquí se llama CL-501 encaro los últimos tramos en toboganes auténticos rompe piernas y realizo el recorrido completo entrando a meta en 7 horas y 8 minutos.
Como resumen solo decir que a pesar del tiempo, el balance positivo, he sufrido pero también he disfrutado y esperando a la próxima que va a ser la Carlos Sastre. Espero que en esta sí que consiga mejorar los tiempos.

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